Hoy murió Val Killmer. Un precioso actor de mi juventud. Un galán que devino en un ser complejo, hosco, de mal carácter pero excelente actitud en el arte del drama. Viendo sus fotos de joven me asombra como el tiempo modela la vida y la va apagando, con más penas que glorias. Del Val bello quedan las películas, las fotos y afiches que dan cuenta de su porte y hermosura. Del Val viejo pocos lo recordarán porque la memoria se afincará en los mejores años de su vida. Su lucha heroica contra el cáncer, de sus últimos años, será más un recuerdo o pesadilla para su familia que la vivió junto a él. En cambio sus actuaciones formidables, como aquel Rey Lagarto, Jim Morrison,  que volvió a la vida gracias al empeño y metódica actoral de Val Killmer  será un recuerdo compartido, un patrimonio artístico para admirar hoy y siempre. Adiós Val,  gracias por existir.