martes, 22 de octubre de 2024

Más de una década sin pasar por aquí

 Qué asombro. La vida es un soplo. Hace más de diez años que no pasaba por aquí. Todo ha cambiado. Es como regresar a la vieja casa de la infancia y conocerla, apenas, por borrosos detalles. Cuántos se han ido en esta última década prolongada. No ha sido grato regresar porque lo que más duele son las ausencias y la certeza de que todo lo transitado ha sido en vano. Nada relevante.

Por fortuna me he acercado a Dios en los últimos dos años más que en toda mi vida que bordea la tercera edad. Qué grande es Dios y yo lo ignoraba. Ha sido difícil asimilarlo y sin embargo era tan fácil llegar a él con solo abrir pensamiento y corazón, abandonar las posturas complejas y poner todo en sus manos. Ya no tengo miedo, ni nada me preocupa. A la menor señal de desconcierto, de miedo, busco la conexión. Qué fácil es orar y yo lo ignoraba. Ahora solo me guía la convicción de que Dios me acompaña, me vigila, me cuida. Aquella vieja teoría que un día se me ocurrió y que pensaba era fantástica y de ficción, resultó verdadera. Dios nos mira a través de una gran lente, de un microscopio gigantesco y nosotros, cada pedacito de su Ser, somos el gran experimento, el de mayor interés, la puesta en escena que nos permitirá ir o no a la gran casa, a la gran nave que es refugio y paz. Ojalá pueda regresar  antes a este cascarón blog, espero no tardar otros diez y tantos años más.

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